El otro día me dispuse a ver la película Bajo Cero, de Disney, basada en una historia real y que trata de un grupo de exploradores y científicos en una misión de investigación en la Antártida donde los protagonistas son 8 perros de tiro, que consiguen salvar en dos ocasiones a un científico que va en busca de restos de un meteorito de Mercurio. Cundo se avecina una tormenta tienen que ser evacuados por sus propios medios, una piloto de avión experimentada con avión, y tienen que dejar a los 8 perros allí por exceso de carga. Los perros al final pasan más de 200 días solos teniendo que cazar ellos mismos y sin protección alguna contra las grandes tormentas de nieve que allí suceden.
Cuando vuelven a su rescate, pasado el invierno, sólo quedan 6, puesto que el hambre y las tormentas de nieve han dejado a 2 de ellos debilitados que terminan muriendo sobre suelo helado. La más lista del grupo, Maya, fue mordida por una foca-leopardo en una pata trasera y cuando están a punto de irse, uno de los perros, Max, lleva a Jerry Shepard, su dueño, hasta ella que está debilitada y ya había perdido todas las esperanzas de vida.