Era un día especial para mi amigo Javier. Le entregaban su coche nuevo. Dejaba su Jeep Wrangler de 4L, en estado francamente estupendo, pero tenía el capricho del RAV4 de 3 puertas y como le dejan de fabricar, quería comprar uno antes de que se terminara el stock.
Como hombre cuidadoso que es prepara las llaves, adjuntando el juego de reserva que tenía en casa. Con los nervios cierra el coche manualmente (dicho modelo de coche no lleva ni cierre centralizado ni cristales que bajen electricamente ni otras cosas que traen muchos coches, pero el espíritu del Jeep Wrangler es así), sin darse cuenta de que las llaves están puestas en el contacto.
Me llama para ver si se me ocurre algo, bajamos, miramos el coche que está……………….perfectamente cerrado.
Vamos a ver a un cerrajero, pero dice que esos coches son muy difíciles de abrir y que llamemos a alguien especializado. Le sugiero llamar al RACE.