En la anterior anotación nos quedamos en las matrículas estándar, las que vienen de serie y no aumentan el precio a la hora de tener el coche en la calle. En Gran Bretaña, al igual que en otros países europeos y americanos, las matrículas también se pueden personalizar. Es decir, dentro de unas bases, se puede elegir las letras y números de la matrícula (en Alemania sólo eran las letras), de tal forma que la gente, rica -y luego veremos porqué-, se personaliza las matrículas con nombres, fechas o cualquier cosa que les sea familiar o curioso.
La personalización de las matrículas no es gratis, y no pensé que fuera a costar lo que cuesta. En la página oficial indican que puede llegar hasta las £5,000, algo que, personalmente, me parece una pasada.
Como adelantaba, se pueden llevar a cabo dos tipos de personalizaciones. La primera de ellas es la llamada «prefix style» (estilo prefijado), y otra llamada «current style» (estilo actual).