Tras la trilogía de presentaciones que tuvo lugar en la pasada edición del Salón del Automóvil de Barcelona el pasado año, voy a dar mi opinión sobre los modelos que allí pude ver, tocar e incluso subir a ellos, algunos de los cuales eran verdaderos bólidos, como el que más me llamó la atención, el Maserati MC12.
Como en todas estas ferias, el dinero que se mueve allí alcanza límites verdaderamente increíbles, así que por momentos, te sientes un provilegiado por estar incluso tocando maravillas que sólo podrás contemplar y disfrutar allí, porque seguramente sea la primera y última vez que lo veas en la vida. Estoy hablando de prototipos y coches que superan los 50 millones de pesetas, e incluso los 100 y que por un momento te quedas pensando si lo estás viviendo de verdad o es sólo un dulce sueño que terminará. Efectivamente era realidad, pero duró unas cuantas horas, lo necesario para recorrer stand por stand viendo todas las novedades y solicitando información de aquellos que llamaban la atención y no eran «normales».