Trilogía Turca II (El día a día)

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Ayer hablábamos del primer contacto. En principio es duro, pero se resiste. Hoy voy a comentaros el día a día, poco más o menos.
Nosotros estábamos alojados en el Hotel President, en el centro de la ciudad antigua, a 5 minutos del Gran Bazar y a otros 5 de la Mezquita Azul y de Santa Sofía.

En principio no hace falta despertador, sobre las 5 o 6 de la mañana, de las mezquitas, que tienen instalados unos potentes altavoces en los minaretes, se oyen los cánticos de llamada a la oración. No estoy en contra ni lo critico, solamente lo cuento. La llamada dura aproximadamente 10 minutos, no es melódica, es un potente grito. El que no tenga un buen sueño ya sabe a que hora hay que despertarse.

Una vez que sales a la calle, nosotros tuvimos mala suerte y siempre estaba lloviendo, procuras que si vas por la calzada no te atropellen, si vas por acera, que no estén sueltas las baldosas y te salpiquen ni te escurras.

Hay mucha actividad, mucha gente con carretillas, muy voluminosas pero entiendo que no muy pesadas, mucha gente con bolsas, furgonetas cargando o descargando mercancia. Todo Estambul, al menos la parte vieja, es toda un mercadillo.
Recorres mas o menos el camino previsto para ese dia y entras en una mezquita. En realidad son unas construcciones fantásticas, muy bonitas e impresionantes generalmente.

Pasa como con el resto de temas, cuando has visto dos ya has visto todas, por lo general, puede haber matices, pero es así. Una construcción que me encantó fué lo que denominan «la cisterna», en realidad es un depósito de agua de abastecimiento a la ciudad. Tiene grandes pilares y es subterráneo. Explican que fue construída como tal, pero yo creo que eran unos baños y ahora lo han reconvertido.

Otra construcción que me ha gustado mucho ha sido la Otra construccion que me ha gustado mucho es la TORRE GALATA, una torre de 9 plantas, se sube hasta la septima en ascensor. En la novena planta tiene una terraza alrededor, que permite ver todo Estambul. Yo tuve la suerte de verlo de noche y es maravilloso.

Para trasladarse por la ciudad lo mejor es el taxi (en nuestro caso eramos cuatro y salía bien). Una carrera normal en la ciudad ronda las 10 liras (1.000 pts.), eso si, vigilando el taxímetro porque hay algunos que tienen trampa.

Otro sistema es el tranvía, que circula por un espacio especial para él, en el que en teoría no pueden pasar coches, pero pasan. El costo es de 1,10 liras el viaje. Recorre las zonas más importantes de la ciudad (Gran Bazar, Mezquita Azul, Santa Sofía, Palacio Topkapi, etc.).

De comidas lo mejor son los restaurantes típicos de allí, las verduras (supremas las berenjenas), así como las comidas tipo Kebab, en general es comida muy equilibrada y sana. Hablan mucho del pescado, ir alguna vez a cenar para probarlo está bien, pero no tiene nada especial con respecto al que se come en España. Es típico verlo, porque lo tienen como si fueran pescaderías, eso sí muy fresco.

También os recomiendo “perderos� una mañana o una tarde, es decir, no marcaros ningún objetivo ni visita, simplemente os dejáis llevar, os metéis por callejuelas, entráis en las mezquitas que no vienen en las guías, etc. Encontraréis otro Estambul, no sé si mejor o peor, pero desde luego diferente.

Mi hermana Concha antes de marcharme me dijo “A ver qué Estambul ves, porque cada uno ve un Estambul diferente�. Es verdad, de los cuatro que íbamos juntos, hemos visto tres Estambul distintos. Será por eso.

Por último comentaros que lo de los catalanes, ahora que está tan de moda, ha llegado a Estambul donde circula el siguiente chiste:

“Van Maragall y Carod a ver al presidente de China. Le dicen que son catalanes, pregunta el Presidente chino que eso que es, dicen que son 6.000.000 y el Presidente chino les pregunta ¿En que hotel estáis alojados?�. Sin palabras. Está contado por un turco en Estambul.