Nov4

Trilogía Turca III (Queda mucho camino)

Maximo viajes
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Cartel turcoLes queda mucho camino para entrar en la comunidad europea, llevan un retraso de 30 años mínimo en algunos temas y cientos en otros.

En primer lugar está la educación. Si estás cruzando un semáforo y se pone rojo, deben esperar a que termines de pasar. Los pasos de cebra no existen. Las papeleras tampoco. Todo se tira a la calle tal cual, sin ningún reparo. Siguiendo con la educación, cuando entras a comprar algo te dicen el precio, tú dices que no y te preguntan cual es tu precio. Si se lo dices y es muy bajo, te echan de la tienda, sin más contemplaciones.

Las señales de tráfico (supongo que la señal de la foto es un STOP), deberán cambiarse, dicha modificación supondrá un enorme gasto y un cambio tremendo para los turcos. Hay muchas diferencias, a mi entender.

Vas por la calle y el que viene de frente, aunque tú te apartes un poco él no se aparta, con lo cual estás constantemente tropezando con los peatones.
En el taxi que cogimos el primer día, el taxímetro marcaba 8 liras y habríamos recorrido 3 kms. A los 200 metros saltó de 8 a 21,50. Le digimos al taxista que nos había engañado, lo reconoció y nos cobró 10. Bonito eh!!.


Camion rusoUn día cogí el autobús (el barco me marea) para cruzar a la parte asiática. El pobre autobús me recordó al camión ruso 3HC que tenía mi padre, (de esto hace más de 40 años), en el que había que poner un palo en la palanca de cambios para que no saltaran las velocidades. Ni cambio automático, ni cambio de aire, ni frenos de aire, eso sí, van a su aire.

Al volver al aeropuerto nos pasaron a recoger pero había tal atasco que llegamos tarde. Eso sí, nos facilitaron la tarea a la entrada del aeropuerto, con unas colas kilométricas en las que había que depositar todos los objetos, por supuesto las maletas ya que todavía no se habían facturado, así como las gafas o el cinturón, para efectuar un control. A un pobre hombre que iba delante con muletas, le hicieron pasar sin ellas y las muletas prácticamente las desmontaron. Pasado el primer susto llegamos al mostrador para facturar. Una sola ventanilla, también con numerosas personas, pienso que la culpa es de la compañía aérea, el caso es que estuvimos otra hora en la cola para facturar. Al entrar en la zona de embarque un nuevo control, con nuevas cámaras enchufando constantemente para dejarte salir del país. No da tiempo a ver las tiendas ni nada, todo a la carrera para salir del país.
Afortunadamente ya estoy en casa, todo tan limpito (quizás alguna cagada de perro), pero más soportable y sin el gitaneo y el estar siempre a la defensiva.

Recuerdo que hemos estado en Estambul en la parte europea, no digo nada de como debe ser el resto.

En el vuelo de vuelta en el asiento de al lado de nuestros amigos venía una señorita finlandesa. Yo la miraba, la forma de hablar, toda rubia, toda blanquita y pensé «Qué tendrá que ver esta señorita en cultura, costumbres, físico y por supuesto idioma con un turco o turca».

En fin, los políticos sabrán, pero a mi me gustaría que me preguntaran.