Una de las experiencias más bonitas en mi vida fue la estancia en Bremen (Alemania) el pasado verano de 2004. En primer lugar estuve haciendo las prácticas en la empresa Airbus, con todo lo que se aprende dentro del departamento dedicado a investiación en el túnel de viento. Un túnel de viento de baja velocidad, alcanza únicamente una velocidad, a escala, de 250 km/h, válida para realizar ensayos de aterrizaje y despegue y ver los diferentes datos de rozamiento, resistencia de materiales y ángulo de inclinación de los aviones, concretamente el Airbus A380, puesto que para dentro de 9 meses estaba previsto el primer vuelo oficial. La verdad es que no he estudiado ingeniería aeronáutica, pero era increíble ver la cantidad de maquinaria, ya sea servidores, como equipamiento para el túnel de viento.
El último día de prácticas tuve la oportunidad de visitar la planta de Hamburg, la más grande de Alemania, con más de 8.000 trabajadores, y donde realizan la unión de todas las piezas que provienen de los diferentes países, Francia, España y Reino Unido, y construyen los aviones. Era increíble ver lo fino que es el casco del avión, de unos 10 cm. y la presión que llega a soportar. Creo recordar que montaban la serie A319, A320 y la A321, mientras que la A340 lo hacían en Toulousse (Francia).