Categoría: personal

  • ¡Gracias Miliki!

    20121118-152856.jpg

    Había una vez… un circo que alegraba siempre el corazón…

    ¿Quien de mi época no ha cantado alguna vez sus canciones? Incluso a mi sobrino de 2 años también le gustan y es que Miliki, a sus 83 años, ha fallecido.

    Desde que he conocido la noticia no dejan de sonar canciones en mi cabeza como «Susanita tiene un ratón», «Mi barba tiene tres pelos», «La gallina turuleca» y así muchas más.

    Nos quedan muchas canciones de su repertorio y sólo deseo a todos los niños que sean tan felices como yo cuando las escuchaba y aún escucho.

    De nuevo, ¡GRACIAS Miliki!

  • Necesito bucear

    Una de las cosas más maravillosas del mundo es estar bajo el agua, sin ninguna preocupación más que respirar y que todo el equipo de buceo funcione correctamente. Ver a los diferentes peces y animales del fondo del mar es una tranquilidad absoluta, viven en perfecta armonía y por unos minutos, consigues adentrarte en su mundo, un mundo en el que la única preocupación es comer y no ser comido.

    Estos días pasados han sido muy intensos, por todo lo que ha cambiado mi vida en muy poco tiempo y, aunque he estado ocupado, me ha dado tiempo a pensar durante esas noches en vela pasadas, donde dormir 5 horas era todo un logro.

    A lo mejor mi problema está en implicarme demasiado en mis proyectos personales; admiro a la gente que vive feliz sin preocuparse de nada aun cuando sus problemas son peores que los mios. En el fondo no creo que sea malo lo que yo hago, pero sí preocupante lo que ellos hacen. En estos momentos me gustaría ser un pez, o mejor dicho, vivir como un pez pero ser yo mismo.

    Y eso como lo único que puedo hacerlo es buceando, un deporte que me cautivó allá por 1.995 cuando lo probé por primera vez y al final conseguí ser independiente ahí abajo, sin instructor necesario para disfrutar, podría decir, de mi deporte favorito.

    Llevo ya desde el 15 de agosto de 2010 sin embutirme en un traje de neopreno, sin respirar aire de una botella y sin disfrutar a 3, 4, 5 o 25 metros de profundidad. Echo de menos los nudibranquios, esos animalitos pequeñajos y casi diminutos de muy diferentes formas y colores que llaman la atención en cualquier esponja o hidropólipos.

    También echo de menos los espirógrafos marinos, que su nombre puede deberse a la forma similar que hacen estos gusanos cuando sacan sus intestinos para obtener alimento al juguete de hacer formas que todos hemos usado alguna vez de pequeños.

    Y como no, esas cabrillas, morenas, congrios, pulpos e incluso sepias, barracudas, castañuelas o fulas (en canario) y gambitas y camarones, por no decir los chuchos o ratones, más conocidos como rayas sin olvidarme de esas tortugas en Tenerife.

    Ese maravilloso mundo submarino me ha cautivado, pocas semanas pasan sin que me venga algún recuerdo a la cabeza, y siempre espectacular y sorprendente; lo que necesitaría ahora mismo en esta época de tantos cambios.

  • Otro crucero por favor

    Hace ya 9 años que subí por primera vez a un barco de crucero. En aquella ocasión celebrábamos las bodas de plata de mis padres y el destino era los fiordos noruegos, un paisaje único, increíble, una naturaleza majestuosa donde el color verde y el agua en forma de cascadas eran protagonistas, momentos que aún tengo en la cabeza y recuerdo cuando la felicidad no me acompaña.

    El buque protagonista era el Costa Romántica, con 789 camarotes y unas 1.500 personas a bordo que a mi personalmente me parecía enorme: en cubierta 2 piscinas, 4 restaurantes en total, casino, tienda… un montón de cosas.

    Más tarde, en 2010 llegaba el regalo en pareja, un crucero por el Mediterráneo también con la naviera Costa Cruceros como protagonista, aunque esta vez el barco era el más pequeño de la flota, el Costa Marina que el año pasado dejó de operar. Eran 389 camarotes, la mitad que el anterior, y después de 3 días en el barco, podías presumir de conocer a casi toda la tripulación, grupo de animadores, camareros, maitres

    La forma de disfrutar de la semana fue totalmente diferente y si elegí Costa fue porque en el primero me lo pasé en grande y todo me pareció correcto. Dicen que «más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer» así que mejor no arriesgar e ir a lo seguro.

    Accidentes pasan hasta en las mejores familias. Cada fin de semana mueren en nuestras carreteras decenas de personas y no por ello la gente deja de ir en coche. También ocurren accidentes aéreos, y no por ello se ha dejado de volar en avión por este motivo, más bien es la crisis la que hace bajar las estadísticas.

    Ahora que ha ocurrido lo del Costa Concordia, un buque realmente especial para la naviera, no veo la alarma social por no volver a montar en un crucero. Habrá un número de gente minoritario que tenga miedo, pero sinceramente, no creo que esto, a pesar de ser un error humano (como la mayoría de las catástrofes) vuelva a ocurrir.

    Y el consumidor, debería aprovechar la situación de precios bajos y descuentos para, de una vez por todas, subirse en un crucero y navegar por un mar u océano, no me equivocaré mucho si le digo que será una de las cosas más bonitas que haga en su vida.

    Yo, en cuanto pueda, repetiré por el Mediterráneo Oriental y como no, con Costa Cruceros (o Iberocruceros que al fin y al cabo es lo mismo) como protagonistas.

    Nota: La foto que ilustra el post es de una de las varias figuras que nos hacía la camarera de nuestra habitación cuando nos preparaba la habitación para dormir.

  • Felicidades renacuajo

    Pues como dicen por ahí, ¡¡FELICIDADES!!

    Me encantaría compartir contigo este día, es muy especial, para mí también, pero he hecho todo lo posible. Al menos sé que todo lo que está a mi alcance te lo doy y te echo de menos en cada minuto.

    ¡El día 2 prepárate que no te voy a soltar!

    zp8497586rq
    zp8497586rq
  • Juan Antonio Samaranch

    кухненски масиsamaranch

    Se merece esto y mucho más. D.E.P. Juan Antonio.