Después de poco más de un año de ganar aquel famoso concurso que revolucionó el marketing viral llamado microsano, me doy cuenta que tanto esfuerzo que hacen los concursantes no son recompensados para nada por la organización. Me explico.
La finalidad del concurso giraba alrededor de una palabra, microsano, y de un objetivo: conocer si el marketing viral era interesante en la red. Había varias categorías, en concreto cinco, de las cuales una de ellas era conseguir el mayor número de enlaces en Technorati, la que gané yo. Los premios para ese ganador era un año de hosting gratuito proporcionado por hostalia y 200 euros en viajes gracias a una agencia de viajes que no recuerdo.