Un eclipse más, uno más que me pierdo

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Y ya son cuatro los que me he perdido en este siglo, y uno más el siglo pasado (que yo recuerde). Fue allá por finales de los 80 – principios de los 90, cuando todo México D.F., si no recuerdo mal, que se quedó oscuro a eso de las 2 de la tarde. Yo que apenas tenía 10 años, veía eso como algo increíble, ¿cómo podía ser que a eso del mediodía fuera de noche? Es un momento único que nos regala la Naturaleza, y que no sabemos cuándo veremos otro.

El 11 de agosto de 1999, aunque en Madrid no fue total, pude apreciar con el viejo truco de proyectar la sombra sobre un papel, que le faltaba un trozo al Sol. Creo que ese día, Nostradamus predijo el fin del mundo, y aunque no soy muy seguidor de este hombre ni creo mucho en estas cosas, dijeron que era la primera vez que se equivocaba en una de sus profecías, allá por el siglo XVI.

El último de este siglo, no se me olvidará jamás por varios motivos. Como comenté en su día en una entrada, era mi cumpleaños, era la primera vez que lo pasaba lejos de mi casa y encima no tuve la maravillosa oportunidad de contemplar un eclipse total en mi ciudad.

El siguiente será mañana miércoles 29 de marzo de 2006, un día que no significa nada para mí, a menos que sea importante tener una presentación de uno de los trabajos que entregué el día 2 de este mismo mes, en inglés, of course 😉 No se verá en UK, ni tampoco en España, sólo se verá en una pequeña región de nuestro continente, la que es ocupada por los países del sudeste: Turquía (no especifican si la parte europea o asiática), Grecia, Georgia, el sur de Rusia y Kazajistán; en el continente africano, Ghana, Togo, Nigeria; en el continente asiático: Israel y Libia, y para finalizar en el continente sudamericano, una parte del noroeste de Brasil alcanzando una longitud total de 14.500 kilómetros en los que se verá el eclipse en total esplendor, sobre todo Libia y Turquía.

A medida que la localización geográfica de cada país se aleje de esta línea central, el porcentaje de ocultación será menor. Una vez más, me quedaré sin vivir la noche en el día. Espero que este fenómeno y yo coincidamos en algún momento en nuestras vidas, para poder explicar lo que se siente de primera mano.