Oct9

Inundaciones en Ty Pont Haearn (I)

Javi Vicente Cardiff, personal
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Ty Pont HaearnSi yo sabía que este año iba a ser movidito, por eso, sabía que debía crear un blog contando todas mis aventuras y desventuras durante un año en un país diferente, con culturas y leyes totalmente diferentes y con cosas que llaman la atención con relativa frecuencia. La historia que os voy a contar va precedida de otra, que le sucedió a un compañero, y que es 100% real.

La forma de entrar a nuestras habitaciones en la residencia Ty Pont Haearn es mediante tarjeta codificada, como en la mayoría de los hoteles modernos. Pues bien, el sábado pasado un compañero, como cualquier otro día, cerró su habitación. Cuando fue a acceder a ella no podía, era imposible ya que su tarjeta se había descodificado. El personal de seguridad, con tarjeta maestra, tampoco pudo acceder a la habitación, por lo que tras idas y venidas se vio 3 noches fuera de casa sin ropa, cama, ni objetos personales, únicamente lo que llevaba encima. El personal de mantenimiento del edificio, un sábado por la mañana, NO tiene encendido el teléfono para ser localizado, por lo que no quedó más remedio que aguantarse (por no decir otra cosa) y tomarse con filosofía lo que le había sucedido.

La madrugada del viernes 7 al sábado 8 fue algo más increíble, pero totalmente verídico. Resulta que tras observar por una de las ventanas de las habitaciones que estaba diluviando, cuando a las 23:30 nos decidimos a dar una vuelta, era viernes, nos percatamos que únicamente «llovía» por una fachada de la residencia, por lo que no dimos demasiada importancia. Al cabo de 1 hora nos avisa otro compañero que allí se encontraba que está empezando a inundarse la habitación, por lo que nos apresuramos a llegar cuanto antes (5 minutos). Efectivamente, se estaba inundando porque aparentemente se había roto una tubería interior. En mi habitación no ocurría nada, no se observaba agua alguna, por lo que decidí acostarme y pensar que mañana sería otro día. Estaba equivocado, ya que el día iba a empezar una hora más tarde.

A eso de la 1:30 de la madrugada sube mi compañero de piso, el de la llave que no abría, y me despierta corriendo que la alarma de incendios estaba sonando, cosa que en mi habitación no ocurría ni se oía el más mínimo ruido, mientras yo estaba durmiendo plácidamente. Me visto en un abrir y cerrar de ojos y únicamente cojo el portátil y una mochila, a la vez que un jersey y un abrigo. Hasta las 4:30 de la mañana estuvimos en la calle esperando una solución, que no llegaba, a la vez que la gente se amontonaba en las puertas del edificio desde diferentes frentes; los más tranquilos venían desde sus habitaciones y los más juerguistas, llegaban y se topaban con un camión de 6 bomberos sin hacer nada. La razón era que tenía que venir el responsable del edificio, aun en obras, desde Bristol (a 100 km.) para abrir el cuarto donde están las llaves de paso del agua. A las 3 de la mañana aparece un policia con muuucha tranquilidad (tiene tiempo para cerrar el coche), con cierta curiosidad por lo que había pasado. Es increíble, porque en todo momento pudimos andar a nuestras anchas alrededor de todo el edificio sin cordón policial alguno, mientras no paraba de «chorrear» agua la fachada del edificio.

A las 5 aparecen dos autobuses que nos llevarían a un polideportivo con mantas, bebida y algo de comida (muy poco), a los que el grupo de españoles no nos subiríamos. Preferimos ir a dormir a un hotel las escasas 6 horas que teníamos hasta poder entrar en el edificio.

Continuará…