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Cagada de McLaren en un GP de Australia muy accidentado

Javi Vicente Formula 1
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Es lo que tiene querer hacer las cosas deprisa y corriendo para ganar un segundo al rival. Vale que una décima de segundo en Fórmula 1 es fundamental y puede decidir carreras, y de hecho lo ha hecho, pero no se puede apurar tanto hasta que el segundo piloto tenga que guardar cola para que le echen gasolina. Estoy hablando de Kimi y Juan Pablo; el primero entra cuando sale el Safety Car a pista por el incidente de Michael, y su compañero, también entra dejando apenas 6 segundos de diferencia. ¿Qué sucede? A Kimi le han cambiado el alerón delantero, por lo que han tardado más de lo esperado, teniendo que hacer cola Montoya justo detrás suyo en su box. ¡Lamentable!

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Al final se ha impuesto Alonso en una carrera que ha dominado, pero que tampoco ha tenido que verse las caras con nadie. Ha sido más rápido en el tiempo global, pero no ha marcado la vuelta rápida, que se la ha arrebatado Kimi en el último momento y ha quedado a tan sólo 1,8 segundos, aunque le haya sacado una ventaja máxima de alrededor de 20 segundos, pero las cuatro intervenciones, que yo haya contado, del Safety Car, y su tranquilidad en las últimas vueltas, han evitado una distancia aún mayor.

¿Qué decir de M. Schumacher? No es por hacerme el interesante, pero sabía que no iba a terminar la carrera. Sus constantes subidas por los pianos han propiciado que en la recta de meta el coche le haya hecho un extraño -mira que les gusta esta palabra a los comentaristas- y se ha dado contra el muro. Klien ha vuelto a hacer de las suyas y ha terminado con las aspiraciones, pocas la verdad, de Felipe Massa. Mala carrera para Ferrari, que nunca empezó todo lo bien que se esperaba.

La anécdota del día, y no muy buena, la ha protagonizado Button, al perder su quinta posición y sus aspiraciones a los puntos al romper el motor en la última curva, que no le ha sido suficiente para llegar al final, quedándose a escasos metros de la línea de meta. Me ha recordado a Hakkinen cuando se quedó sin gasolina en Montmeló y tuvo que ser llevado a boxes por su entonces compañero David Coulthard. A los amantes de rallies, les habrá recordado a la famosa frase «trata de arrancarlo Carlos» de Luis Moya cuando a escasos 500 metros del final se les rompió la biela.

¡Nos vemos en tres semanas en Imola, la vuelta a Europa de la F1 tras andaduras asiáticas! (ya está bien de levantarse pronto 😉 )